Entrevista a Manuela |
APRENDIENDO EL OFICIO
Pero fíjate que éramos 30 obreros, eh, cinco en cada grupo.
¿todas chicas? No, chicas y chicos, sí, sí. Sastres, es así. En cada grupo había un chico o dos. ¿Y qué tipo de trabajo hacíais? ¡Pues las chaquetas! Las chaquetas de los trajes, los trajes bonitos. ¿Teníais que coger las medidas y todo o sólo coser? No, nosotros era hacer las bandas, los forros, montarlas. Las oficialas eran las que más sabían. Yo empecé haciendo bolsillos, los forros, y bueno, que llevo un jo... Es un jaleo una chaqueta, eh. No te puedes hacer ni idea de lo que lleva, eh. Entre telas... Primero las entretelas a la (no se entiende). Que, por cierto, me clavé aquí la aguja de la máquina. ¡Madre mía! Hice un ruido tan grande que todos dijeron: "¡Ay, ¿qué ha pasado?!" Qué miedo pasé... A ver, eran muchas... Cinco máquinas o así. No sé cuántas había. Muchísimas máquinas. Claro. Y empezabas por ahí y luego otra cosa, las mangas, pero cada grupo tenía un par de chaquetas o dos, o tres. Y los sábados, todo el mundo a hacer arreglos de pantalón, que ahí es donde he aprendido a hacer pantalones, ¿entiendes? Porque yo quise ser (dos golpes en la mesa) pantalonera desde un principio, pero me dijo el sastre: "Aquí no se aprende a hacer pantalones, eh. Aquí es chaquetas y arreglos. Si tú eres lista vas cogiendo toda la idea de todo, ¿no?" |