Entrevista a Miguel |
DIFÍCIL RELACIÓN CON LA RELIGIÓN
Eh... yo por familia he sido un hombre religioso, más que la mayor parte mi cuadrilla, ¿eh? Pero por ejemplo, sí te puedo decir que... una de las cosas que hacíamos, en la cuadrilla, era que... uno, uno iba a misa, muchas veces era yo, pero no solamente yo, no era el único, ni mucho menos, íbamos a misa y entonces, cuando íbamos a tomar el blanqueo, se llamaban los blancos, entonces comunicábamos a todos pues la misa de don Fulano de tal, la casulla era de tal color y habló de tal cosa. Para que luego, cuando fuera a su casa, y les preguntaran haber si había estado y "sí sí sí, ha sido don José, iba vestido de verde y ha hablau del hijo pródigo". Sí, eso yo... tengo un recuerdo mitigau, bueno, en el sentido de que la gente con la que estuve alrededor mío, y que era de ámbito religioso, yo tengo hoy el recuerdo de que era buena gente. Pero al mismo tiempo, lo que la doctrina y los planteamientos que nos transmitían creo que nos han hecho daño. Incluso alguien como yo que sigue teniendo una eh... Yo he tenido que liberarme de gran parte de los planteamientos religiosos que me transmitían. Porque eh... el dios vengador, el dios justiciero, ese dios que... que si cometes un pecado que evidentemente era de tipo sexual, te vas al infierno inmediatamente. La idea de que, de que por un segundo digamos de no sé quién que puedes echar a perder toda tu vida y te ibas al infierno, esas cosas nos han hecho mucho daño. Nos han hecho mucho daño. Y... y ha habido bastante de eso. No todo ha sido eso, pero en los primeros años, ha sido eso. No hay día que hasta, hasta la adolescencia, ha sido solo eso, porque luego, en la adolescencia, ya con... los años 50 ya, hubo otro factor que empezó a tener importancia en nosotros. Era el factor social.
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