Entrevista a Carmen Pérez Erribera
LOS NIÑOS ESTABAN ACOSTUMBRADOS A MÍ
Relaciones de paternalismo en el servicio doméstico
Y luego cuando se murió la señorita estando yo, se murió joven, y entonces el señorito dice: “¡Ay!”. Yo estaba preparándome para casarme. Y me dijo el señorito: “¡Ay Mari Carmen! ¡Ahora fíjate que no tienen la madre y están acostumbrados a ti!”. Y le dije: “Bueno, si quieres, ya voy a atrasar la boda, que no tengo ninguna prisa”. Este piso lo había comprado mi novio, claro. “Que no tengo ninguna prisa para casarme”. .Dijo “No, no – dijo el señorito –, tú tienes que hacer tu carta. – lo mío ¿no? - No por eso te vas a quedar. Ya buscaré otra”. Y luego cuando fui a la boda, cuando me casé, vinieron sus tres hijos a mi boda y el señorito por supuesto pues no iba a venir. Y luego la interina me dijo: “¿Sabes quién ha ido a la boda – que me casé en Barakaldo, dice –? Pues ha venido tu señorito y ha estado atrás llorando”. Como diciendo “se me ha ido la mujer y ahora que estaba yo acostumbrada a esta, y se va”. Y he ido a veces, porque una vez que te casabas no permitían de que irías a trabajar, antes era así. Y venía a buscarme y decía: “¿Ay ya podrías venir hoy que se me ha ido la chica – y ya no hizo carrera con las chicas – y tal?” Y a lo mejor iba, me estaba un día o me estaba dos para hacer alguna cosa o para estar con los niños y así.