Entrevista a Carmen Urrutia
De la aldea a servir
Tus abuelas trabajaron en Bilbao de algo?
Mis abuelas? No. No? Sirviendo.
Vinieron de Elorrio a servir?
A servir. Una. Y la otra, pues en las aldeas. Allí en las aldeas, de un lado a otro, en los pueblos…, en las huertas. Luego cuando se quedó viuda la madre de mi padre con 33 años tuvo que…, se fue a…, bajó al pueblo y…, porque estaba en la aldea era la parte de arriba, y el pueblo…, y en el monte. Y luego bajó abajo y ahí se fue a una carnecería, al matadero llevándole la sangre para hacer chorizos, morcillas, todas esas historias que hay, y atendiendo a los hijos de la carnicera porque era limpiar eso…, y limpiar la carnicería, todo eso. O sea, otra cosa era…. Servir. No había otra cosa antes.
Más que servir?

Es que antes parece que la mujer siempre tenía…, que tenía que ser eso,… ama de casa y eso. Yo lo encuentro mal…
Y la mujer casada tiene que estar en casa, dicen. Y por qué, digo yo, y por qué. Además, en estos tiempos que hace falta tanto.

Mi madre no ha trabajado nunca, mi madre, no, no ha trabajado nunca. Jamás. Eso le pasó con sus…, con sus padres, porque eran muchos y tenían gente de fuera a dormir y todo eso.
Y mi abuela no le dejaba ya servir tampoco a la hija. Eso sí que no podía ver, mi abuela, no podía. Todos en casa aunque sea comiendo sopas. Nada más.
Y eso por qué?
Porque no le gustaba que saliera a servir. Tenía mala fama.
Habría gente maja, verdad?, pero…